En este apartado vamos a ver los sistemas de iluminación en un coche, ya que son uno de los elementos más importantes que forman la mecánica de un vehículo. En Talleres Maycan queremos que sepas cuáles son los tipos de luces del coche que podemos encontrar en el mercado y las características principales de los mismos.

Gracias a las luces, podemos ver por dónde vamos en condiciones de baja visibilidad y pueden vernos los demás conductores, y por ello puede considerarse un sistema de seguridad activa, es decir, un sistema que evita los accidentes.

EL USO DE LAS LUCES EN EL COCHE

En el coche, las luces deben utilizarse siempre que esté justificado ese uso. Por norma, las luces del coche se encienden entre la puesta de sol y la salida del mismo por la mañana, pero en general lo lógico es utilizar las luces cuando no hay visibilidad completa. Por las mañanas, no basta con ver el amanecer para apagar las luces, debemos ver en condiciones. Hasta aquí de acuerdo, ¿verdad?

Hoy en día, las luces de posición se encienden a la vez que las luces de corto alcance (por eso, cuando veas un coche al que le ha fallado una lámpara de corto alcance, verás una luz más tenue). Las luces de posición de por sí sirven, exactamente, para mostrar la posición del coche en un caso de oscuridad completa. El código dice que, si aparcamos en una travesía de noche, debemos dejar encendidas las luces de posición. Con eso señalizamos nuestro coche, pero honestamente, parece raro que vayamos a estacionar en una travesía.

El uso de las luces de cruce, o corto alcance, es bastante intuitivo, también: se pueden accionar de día (aunque para eso existen las luces de conducción diurna, pero las de cruce hacen las veces esa función), se activan cuando nos metemos en un túnel (por muy iluminado que esté, se encienden), cuando anochece, cuando llueve… y sirven perfectamente mientras la visibilidad no sea muy escasa.

Las luces de largo alcance son otra historia. Con esas lámparas tendremos una visibilidad muy interesante, podremos ver lejos de noche, apreciar detalles, e ir muy seguros a velocidades legales. Se usan en conjunto con las de cruce, o bien de forma independiente. Las luces de largo alcance deben usarse siempre que sea posible cuando conducimos de noche, es decir, siempre, menos cuando:

>No esté justificado (visibilidad suficiente como para salir del paso con las luces de cruce).
>Podamos deslumbrar a otro conductor, tanto los que van en sentido contrario, como los que  vamos a alcanzar.
>Circulemos en zona urbana (porque no está justificado su uso debido a la iluminación presente).

Las luces largas se utilizan también mediante ráfagas para avisar de determinadas acciones, como por ejemplo, un adelantamiento. Con ráfagas de corta duración, avisamos al conductor que nos precede de que vamos a iniciar una maniobra de adelantamiento. De esta forma trataremos de evitar el clásico caso en el que iniciamos una maniobra y el vehículo que nos precede nos “tapa”, ya sea por despiste, o en el peor caso, por mala fe.

Las luces de freno son auto explicativas, son aquéllas luces que permiten que los conductores que van detrás nuestra sepan que estamos iniciando una frenada. Es un sistema de seguridad activa en sí mismo. Junto a las luces de emergencia (las cuatro intermitencias activadas) nos sirven para avisar de que realizamos una frenada de emergencia, aunque muchos coches ya incorporan un sistema de luces de freno que parpadea insistentemente cuando frenamos a fondo.

Los intermitentes también son auto explicativos, aunque su uso general deja mucho que desear. Hay que usarlos para informar de nuestra intención de realizar una maniobra, la que sea, y por supuesto no nos dan prioridad: no sirven para avisar de que estamos haciendo una maniobra, sino de que tenemos la intención de empezar la maniobra cuando sea seguro. Es una luz informativa, y precisamente por eso debemos utilizarla para que los conductores sepan qué vamos a hacer, y actuar en consecuencia.

No tiene sentido utilizar un intermitente si circulamos completamente solos, pero sí tiene sentido hacerlo cuando conducimos en compañía.

Por último, pero no menos importante, están las luces antiniebla. como ya hablamos de ellas de forma extensa, te recomendamos que eches un vistazo al

En condiciones de niebla estamos circulando con muy baja visibilidad, y lo peor es que es variable: ahora mismo podemos tener 100 metros de visibilidad, para dentro de un minuto tener 50 metros y más tarde 10. O cielo despejado. Esta característica provoca estrés al conductor que tiene dos dedos de frente, más por pensar en si los que vienen por detrás nos verán que por nuestra propia vista.

Tener clara la utilización de las luces antiniebla es fundamental. En nuestros coches disponemos de alumbrado de corto alcance, de largo alcance, y los faros antiniebla. La luz antiniebla trasera es obligatoria, mientras que las delanteras no lo son, pero cada vez las montan más coches.

Es así de sencillo, pero esta regla se debe aplicar atendiendo a la propia visibilidad. Es decir, cuando nosotros comencemos a ver peor porque aparece la niebla, encenderemos el alumbrado de corto alcance y, opcionalmente, el alumbrado delantero antiniebla. Si la visibilidad pasa de mala a peor, y nos damos cuenta de que puede que a nosotros no nos vean, encenderemos la luz antiniebla trasera obligatoriamente.

Esto implica que cuando se dan las circunstancias opuestas, iremos apagando alumbrado innecesario. La luz antiniebla trasera suele ser muy potente (a menos que el faro esté lleno de barro, lo cual la convierte en inútil) y si no nos encontramos en condiciones de visibilidad penosa, molestará al conductor que nos precede. Hay que apagarla cuando no es necesaria, y eso es algo que brilla por su ausencia, y es un alumbrado que se usa mal en muchos casos. Si os adelanta un coche con al antiniebla trasera encendida y sois capaces de leerle la matrícula (o divisar algo a medio kilómetro) está utilizando ese alumbrado mal.

LA IMPORTANCIA DE SABER QUÉ LUCES ACTIVAR

Es clave saber qué alumbrado utilizar según la ocasión para asegurar que veamos lo suficiente,y que nos vean a nosotros. Por eso vamos a esquematizar en un guión que espero que sea útil cómo y cuándo activar cada juego de luces.

>Si tenemos visibilidad normal podemos llevar las luces de corto alcance activadas, o no. Depende de nosotros.
>Si la visibilidad empieza a empeorar (anochece, llueve, se levanta una neblina) encendemos las luces de corto alcance, o las de corto y largo alcance según esté permitido.
>Si nos encontramos en condiciones de visibilidad muy malas (lluvia intensa, niebla, o cualquier condición que implique visibilidad deficiente) podemos encender las antiniebla delanteras.
>Si las condiciones empeoran hasta el punto de que la visibilidad se reduce a pocos metros por delante (niebla espesa, lluvia muy intensa, encenderemos obligatoriamente el alumbrado antiniebla trasero, en combinación con el de corto alcance y el delantero antiniebla si disponemos de él.

El uso del alumbrado de largo alcance lo dejamos solo para las situaciones de poca visibilidad que no impliquen niebla, pues la niebla dispersará los rayos de luz y harán aún peor nuestra visibilidad, y la de los demás.

LUCES DE REPUESTO

Son muchos los conductores que están convencidos de la obligatoriedad de llevar un juego de luces de repuesto en el coche, porque hace año sí era obligatorio aunque ahora ya no lo es. Y no lo decimos nosotros sino la Orden PRE/52/2010, de 21 de enero, en la que se suprimió esta obligación porque cada vez eran más los vehículos que llevan un dispositivo de alumbrado que sólo se podía manipular en los talleres.

PULIDO DE FAROS

Los faros del coche están continuamente expuestos a las condiciones climatológicas y de la carretera y, aunque están fabricados con materiales sintéticos muy resistentes, sufren las inclemencias del tiempo y los kilómetros acumulados. Esto hace que no alumbren correctamente. Unos faros estropeados pueden reducir la visión hasta un 50%.

El sol quema la superficie de los faros del coche y la vuelve más opaca haciendo que amarilleen y pierdan intensidad y alcance. La suciedad y los insectos o los arañazos provocados por pequeños impactos propios de la conducción también afectan a la superficie de tus faros. Al pulir los faros, desparecerán todos estos problemas.

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